
Por: Dulce García |
El próximo 2 de febrero se cumplen 40 días desde el nacimiento del Niño Dios, fecha que de acuerdo con la religión católica, se invita a los fieles a vestir al niño Jesús y llevarlo a bendecir al templo; festividad que se fusionó con la fiesta de Atlcahualo, festejo de preparación para la época de siembra.
La Virgen María y las velas.
De acuerdo con la Ley de Moisés, a los 40 días del nacimiento de un niño, los judíos debían presentar a sus primogénitos en el templo, por lo que a partir del 24 de diciembre, es el 2 de febrero el plazo en el que se cumplió la cuarentena de la virgen María.
El Día de la Candelaria marca el fin de las festividades de la Navidad, y recuerda el día en que la Virgen llevó las candelas o velas al templo para que fueran bendecidas en agradecimiento por la llegada de su hijo.
Tláloc y el fuego naciente.
En la fiesta de Atlcahualo, forma en que los mexicas llamaban al mes de Febrero, se hace referencia a la época seca del año, por lo que celebraban las festividades de los tlaloques, como eran llamados los ayudantes de Tláloc, el dios de la lluvia, para que estas llegaran.
Estas festividades se caracterizaban por juegos y fiestas que tenían lugar en lo alto de las montañas, pues ahí se formaban las nubes que traerían la lluvia para la posterior siembra del maíz, siendo su principal símbolo el sol o fuego naciente.
Ambos festejos se fusionaron cuando los frailes evangelizaron a los indígenas, teniendo como elemento común el fuego de las candelas o velas de la Virgen de la Candelaria y el nacimiento o fuego del Sol de los indígenas al comenzar la temporada de siembra; lo que significa en ambas creencias, la renovación de la fe y la vida.
Con información de El Popular, México Desconocido y Redes sociales.