
Por: Dulce García |
Cuando los animales son cachorros es fácil mantenerlos, por lo que algunas personas piensan que es divertido y exótico tener un animal silvestre como parte de la familia, llevarlo a casa y convertirlo en mascota.
De inicio, no importa si es una iguana, un halcón, un tigre, una tarántula, un mono o la especie que sea; no somos conscientes de que crecen y dejan de ser novedad, aunque su naturaleza se impone, ellos viven de su instinto, por lo que por mucho manejo que creamos tener de ellos, pueden llegar a convertirse en un peligro para las personas, sin ser ellos los responsables.
Generalmente estos seres vivos son sacados de su hábitat natural, llevándolos a ser encadenados, encerrados en jaulas o abandonados en zoológicos o criaderos para seguir sirviendo como pies de cría y así obtener beneficios de ellos.
Por lo que como seres humanos, debemos hacer conciencia de que los animales silvestres no son mascotas.
Seamos seres humanos responsables y buenos vecinos de las especies silvestres, respetemos su naturaleza y evitemos llevarlos al ámbito doméstico.
Si bien sí implica la existencia de una legislación clara y que opere en la práctica, una parte aún más importante, es la conciencia humana.
Con información de Redes sociales